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  • Antonio porras

La búsqueda de la sostenibilidad de Gretchen Jones

Actualizado: 30 mar 2019


A pesar de que en los últimos años su vida ha tomado un camino alejado de la moda, Gretchen Jones se despidió del mundo del diseño con varios reconocimientos bajo el brazo. Jones fue de las primeras, y pocas, diseñadoras sostenibles en desfilar por la New York Fashion Week. Sus diseños eran reconocidos por su estilo vintage, pero, sobre todo, por sus materiales sostenibles como el algodón orgánico, tintes ecológicos o bambú.


Jones conoció la fama en 2010 cuando se convirtió en la ganadora del reconocido talent-show americano Project Runway, presentado por la supermodelo Heidi Klum y dónde compiten varios diseñadores anónimos por un gran premio y reconocimiento. Parece que la mención del programa no es un tema de agrado para Gretchen, quien asegura que el programa fue una experiencia muy importante en su vida pero que nunca volvería a repetir algo así. Su aparición en el programa la convirtió en una figura pública y, aunque le gustaría cerrar esa etapa, entienda que siga siendo un tema que la persiga.


El interés de Gretchen por la moda se remonta a cuando todavía era una adolescente, en aquella época donde una joven neoyorquina tenía sus referentes en la revista Vogue y los desfiles en francés que emitían en televisión. A pesar de su interés por la moda, la escuela de moda era demasiado cara. Remarca que es una pena que la universidad sea tan cara en Estados Unidos, en especial la que potencia las habilidades artísticas. Gretchen terminó haciendo otra carrera en la Universidad de Colorado pero la dejó en el primer año.


Durante esta época fue cuando realmente comenzó a desarrollar su interés por la moda sostenible. A pesar de que Gretchen se define a sí misma como “una persona sostenible de naturaleza” y que desde pequeña ha tenido estos principios, durante varios años trató de deshacerse de ellos. “En aquella época la sostenibilidad en el mundo del diseño venía con estereotipos. Normalmente te veían como una diseñadora de segunda, de pueblo o que trataba de hacer algo por el mundo pero no como una competidora real en el negocio.”


El punto de inflexión para ella fue el documental “The Corporation” que coincidió con la época en la cual acababa de dejar la universidad y fue clave para desarrollar sus ideales que la definen hoy en día. Gretchen comenzó a estudiar otras comunidades, estilos y subculturas de la moda que eran más independientes y sostenibles con el medio ambiente. Descubrió un nuevo mundo al cual no le había prestado atención hasta ese momento que se presentaba bajo el lema de “Tus decisiones importan” – con el cual conectó desde un principio.

Como diseñadores debemos querer hacer cosas bonitas, pero también debemos hacernos responsables por cómo las hacemos

Durante sus primeros años como diseñadora trabajaba para pequeñas tiendas locales. Al no venir de un hogar adinerado, Gretchen tenía que trabajar en casa ya que no podía financiarse un estudio y también debía pagar sus propios materiales, que al ser sostenibles tenían un precio más elevado. Todo esto supuso que pronto llegaran los problemas económicos. “Los costes de producción en la moda sostenible son muy altos. Tenía pocos clientes pero eran demasiados para que pudiera cubrir los gastos de todos yo sola”.


Finalmente, en 2010 entró en bancarrota. Por ese motivo, cuando uno de sus expendedores le ofreció una plaza en el programa del momento, Gretchen fue incapaz de rechazarlo.


Gretchen recuerda su paso por el programa como muy estresante y dónde sufrió mucho. Finalmente estaba luchando por lo que siempre había querido, luchando por cumplir sus grandes aspiraciones de que sus diseños aparecieran en la televisión, en revistas, en grandes escaparates…. Pero el resultado no fue tan positivo como hubiera deseado. Al salir del concurso, como ganadora, tuvo que enfrentarse al duro sector de la moda dónde se dio cuenta que no pertenecía a él.


“Finalmente había conseguido por lo que tanto había trabajado, conseguí varios inversores, fundé mi propia marca y durante varios años presenté mis colecciones en la New York Fashion Week pero, al final, no ganábamos tanto dinero como se esperaba. Presentar una colección era demasiado caro, especialmente si lo haces justamente”


A pesar de que acabó perdiendo su marca, esta experiencia fue enriquecedora ideológicamente para Gretchen que por primera vez entendió el funcionamiento del negocio de la moda y como éste toma un camino totalmente paralelo a la creatividad y a sus ideales.


Por primera vez, Gretchen logró definir lo que realmente es sostenibilidad para ella. Un significado mucho más profundo del que muchos diseñadores privilegiados pueden darle. Sostenibilidad en el sentido de “salvar el planeta” o no contaminar es tan solo la superficie de un término que engloba muchísimos más factores. Para Gretchen son básicos unos principios económicos y sociales, producir en el propio país o que sus trabajadores tengan un salario y unas condiciones de trabajo dignos son principios base para poder decir que tienes un negocio sostenible.

"La sostenibilidad es un estilo de vida más, no vale solo con predicar, debemos ser un ejemplo de lo que predicamos.”

Pero Gretchen cree que la definición va mucho más allá, que la sostenibilidad es un estilo de vida por eso quiso añadir tres factores más, el físico, mental y el espiritual. A pesar de mi confusión y la barrera del inglés, la diseñadora estuvo abierta a explicarme el significado de esta tercera barrera en su propia definición. El diseño final que ella, como artista, finalmente pone a la venta es tan solo un reflejo de todo el proceso que hay detrás. La autenticidad y transparencia deben ser las etiquetas de tus productos, no se puede ir predicando un producto sostenible cuando en tu vida privada consumes carne que es una de las industrias mundiales más contaminantes.


“Es importante ser coherente con nuestros ideales. Y también preguntarnos, ¿estamos haciendo esto porque es lo correcto o por satisfacer nuestro ego?” Es otra de las preguntas que Gretchen se hace “Debemos ser muy críticos con nosotros mismos. Durante mucho tiempo yo también quise satisfacer mi ego, ser reconocida y que admiraran mi arte pero me di cuenta que eso no me hacía feliz. Debemos cuidar que con nuestro trabajao estemos ofreciendo algo real, algo útil.”


A sus 39 años y con casi una vida entera dedicada al diseño y la moda, Gretchen decidió dar un cambio de 180º. Recuerda que cuando su marca quebró todos le preguntaban qué haría entonces y ella decidió graduarse en moda, algo que había deseado desde que era joven. Durante la carrera se dio cuenta de que lo que de verdad quería no era seguir diseñando, sino ser la voz de la razón de otras personas, usar su conocimiento e ideales para ayudar a otros.


Actualmente trabaja como coach ejecutiva donde ayuda a sus clientes a buscar la sostenibilidad por encima del éxito, a encontrar su propia definición de éxito como aquello que los realiza y hace felices y no cómo algo numérico. También tiene una serie de podcasts llamados Critical Conversations donde habla de temas relacionados con la sostenibilidad, tanto propia como del sector de la moda, y la sociedad de consumo actual.


- Antonio Porras


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