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Ninguna prenda debería llevarse vidas

Actualizado: 27 may 2019

Hace 74 años Donald Watson y otros seis amigos crearon Vegan Society, la primera sociedad vegana del mundo. Watson fue una inspiración para todos los vegetarianos y veganos que han continuado con una filosofía y estilo de vida basada en el respeto a los demás animales.


David Sánchez Pérez, graduado en Administración y Dirección de Empresas, y ahora director comercial y de Marketing, nos recibe en su pequeña tienda Cuco Vegan Fashion, situada en el barrio del Born, Barcelona. | Fotografía: Aleix Comino

Si en 1945 fue Watson quien acuñó por primera vez el término “vegano”, en el 2018, concretamente hace siete meses, David siguió contribuyendo a esta pequeña revolución. Para hacerlo ha tenido que ir de la mano de una población cada vez más concienciada y de centenares de negocios de comida, ropa o cosmética que ofrecen productos que no provienen de los animales ni han contribuido a su explotación.


“Llevaba dos años detrás del proyecto, cuando intentaba buscar un producto vegano o encontraba un estilo diferente al que yo buscaba o estaban fabricados con unos materiales que no coincidían con la sostenibilidad y calidad que pedía”. Tardó dos años en abrir Cuco Vegan Fashion, porque querían estar bien informados, saber qué alternativas había y encontraron gran cantidad de novedades entorno a la piel sintética. De hecho, descubrieron que se están haciendo pruebas para hacer piel a base de hongos, peladura de manzana, naranja, etc. La investigación es continua y desde que ellos empezaron a informarse para abrir la tienda hasta ahora, ha habido una evolución importante.


“De aquí a cinco o diez años la piel de origen no animal no superará a la piel, pero estará muy cerca de hacerlo”

Veganismo, sostenibilidad y derechos laborales


Ellos querían integrar su manera de vivir a su vida profesional, porque es una manera de trabajar que hace que al final del día sientas que has podido alinear tus valores éticos y morales con tu vida profesional. El caso de David no es aislado, las primeras movilizaciones efectivas en contra de la piel de origen animal empezaron en los años 80, haciendo cuestionarse a los consumidores si era ético usar estas prendas. El cambio fue pequeño, pero intenso: la demanda de piel animal bajó bastante en Alemania, Gran Bretaña y Holanda. También fue en los 80 que las campañas a favor de los derechos de los animales se posicionaron en contra de testar con animales en el ámbito de la cosmética, estas protestas consiguieron, progresivamente, un aumento del desarrollo de productos alternativos, que no fueran testados con animales.


Estas protestas no fueron solo en contra del uso de los animales, en el 1983 fue presentado por primera vez el concepto de “sostenibilidad”, en el World Comission on Environment and Development (Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo). En esta Comisión se definió el desarrollo sostenible como “conocer las necesidades del presente sin comprometer la posibilidad de las nuevas generaciones para realizar sus necesidades”, es decir, que la investigación y producción llevada a cabo en la actualidad no repercuta en las posibilidades venideras de las próximas generaciones, que no les destrocemos el planeta.

Desde entonces el interés en la sostenibilidad ha crecido, sobretodo desde que los efectos por el cambio climático, provocado por los humanos, empezaron a preocupar a los expertos en la primera década del siglo XXI. Sin embargo, en este mismo periodo, las industrias que utilizan recursos medioambientales han crecido.


Tampoco hay que olvidar al principal eje de todo esto, los humanos, y no solo los que controlan los medios de producción, sino también los que están produciendo. La búsqueda de las multinacionales por reducir el coste de producción los llevó desde los 80 a trasladar sus fábricas a la Europa del Este o Asia, provocando el concepto de Globalización del que “gozamos” en la actualidad. Las condiciones de trabajo en las fábricas de Bangladesh y China son directamente comparables a las que había en Londres y Paris hace un siglo. Parece que si no lo comparamos con nuestra historia no consigue llegarnos a la conciencia, y si recordamos la Revolución Industrial es fácil acordarnos de las condiciones pésimas de insalubridad, los salarios muy por debajo de los mínimos y la gran cantidad de horas a las que estaban sometidos nuestros coetáneos. Las condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras de este “Tercer Mundo” empezaron a hacerse visibles a raíz del accidente del Rana Plaza, en el que estaban involucradas internacionales como Benetton e Inditex.


Aunque no lo parezca, las protestas para acabar con el consumo animal, las movilizaciones para concienciar sobre sostenibilidad y cambio climático y las manifestaciones para reivindicar los derechos de los trabajadores de la industria, tienen algo en común, no destruir nuestro planeta y permitir que todo el mundo (animales incluidos) puedan vivir lo mejor posible, sin perjudicar a los demás.


Aclaremos conceptos: moda sostenible y moda sostenible vegana


David explica que moda sostenible y moda sostenible vegana son conceptos diferentes, la moda sostenible trata de dañar lo mínimo al planeta, acuña el concepto de sostenibilidad, y exige que la gente que ha formado parte de todo el proceso de creación haya trabajado en unas condiciones justas.


"Que sea vegano no significa que sea sostenible ni ético, y viceversa"

Pero para David la ética debería abarcar las tres reivindicaciones: ser un producto ético tanto para las personas que lo fabrican, como para el planeta y por supuesto para los animales. Las tiendas de moda vegana no usan nada que provenga de origen animal e intentan que sea lo máximo respetuoso posible con el medioambiente y, evidentemente, con las personas que forman parte de la producción. “No tendría sentido no herir a un animal, pero herir a una persona o herir al planeta”, aclaró David, y entonces uno se pregunta, ¿por qué hay tiendas de moda sostenible que utilizan ropa de origen animal?


Carolina Simón, de Green Life Style, la primera tienda de moda sostenible en Barcelona, separa las dos últimas reivindicaciones de la del consumo animal y alega que se puede hacer moda 100% sostenible con productos de origen animal.



Un punto de vista más cercano al de David es el de la tienda Humus Barcelona, en ella solamente tienen un producto de origen animal, zapatos de cuero. Al preguntarle el porqué, la dependienta nos explica que las personas mayores relacionan calidad con el cuero y que ese es el motivo por el cual lo venden en su tienda. Aunque este punto de vista dista mucho del de la moda sostenible vegana, la representante de Humus lo tiene claro “debería fomentarse la moda vegana y su consumo cada vez más”, así que, aunque la marca use productos de origen animal reconocen la importancia que tiene en la sociedad potenciar los productos que no sean de origen animal.


El veganismo: ¿una moda, un estilo de vida o una necesidad para enfrentar al cambio climático y derecho animal?


“Todo va de la mano”, así nos responde David que, aunque lanzó Cuco Vegan Fashion hace siete meses es consciente de que hay “una parte de tendencia”, que considera que ser vegano es una moda. Pero según el no debería preocuparnos, porque detrás de esto hay mucha gente que lo está haciendo “porque realmente lo siente así” y cuando baje el suflé del veganismo, mantendrán estas costumbres éticas.




Sin embargo, que la moda vegana sea una necesidad que la gente está demandando también comporta que haya tiendas que se aprovechen de que sea tendencia, y lo usen para vender más. Este es el caso de la tienda WASABI, que en su escaparate repite eslóganes de activismo vegano (“no nos matéis” y “haceos veganos”) y al preguntar a la dependienta nos confesó que no había ningún producto que fuera de origen no animal.


foto wasabi


La importancia de hacer moda vegana y cómo substituir los materiales de origen animal


David fue claro al respecto, se tiene que hacer moda vegana “por el resto de los animales”, y sentenció que “los humanos no somos superiores a ninguna especie animal”. Bajo su punto de vista, no tenemos derecho a usar a ningún animal en beneficio propio, esta es su apuesta: no somos mejores que ellos y no podemos aprovecharnos de ellos.

Pero realmente no sabíamos cómo podía realizarse lo que él contaba, ¿cómo se consigue el material vegano? y ¿con qué materiales sustituyen los de origen animal?

Clara Mallart, investigadora en moda sostenible, al preguntarle sobre moda vegana fue crítica al respecto, diciendo que “a veces la piel sintética produce más tóxicos que la piel animal” y que “tendría que estudiarse si es realmente sostenible”.



Entorno al desarrollo de fibras sintéticas, es cierto que ha tenido un impacto tremendo en la producción de ropa y su consumo en Europa desde los años 60, sobretodo para cubrir las ansias de consumo por parte de los ciudadanos. Este ímpetu por consumir sin límite es una consecuencia directa de las campañas de márquetin que llevaron a cabo las internacionales para que compráramos en exceso, incluso sin poder permitírnoslo.


Aunque haya habido campañas de sensibilización, y se haya concienciado a la población sobre las consecuencias del “origen animal”, las alternativas a veces no son éticas del todo: las fibras sintéticas no son biodegradables y provocan una gran cantidad de residuos que no son buenos para el planeta.

Pensábamos que David cojearía en este aspecto, que produciría fibras sintéticas que no son del todo éticas tal como Clara Mallart nos avisó sobre la moda vegana, pero no fue así. El propietario de Cuco Vegan Fashion nos explicó que en su tienda todos los productos son veganos y que sus productos son, en a medida de lo posible, respetuosos con el medio ambiente. Para ello se usan materiales de origen vegetal como la fibra de eucalipto, el corcho u otro tipo de plantas. También usan productos recuperados y reciclados como las botellas de plástico, el caucho o las cámaras de aire de las ruedas de las bicicletas.




En vez del cuero de origen animal, usa lo que se conoce como “cuero vegano”, que tiene distintos grados de sostenibilidad. Esto es debido a que se puede conseguir mediante el PVC, que es un vinilo y un material derivado del petróleo, y, en este caso, sería vegano, pero no sería sostenible ya que es un material que difícilmente se puede volver a usar. Los productos que Cuco Vegan Fashion tiene en su tienda, de cuero vegano, no están hechos de PVC, para fabricarlos se han usado alcoholes no solventes y no tóxicos que conforman una base de poliuretano y, a partir de ahí, forma una textura similar al cuero animal.



Cuero Vegano | Aleix Comino i Jaime


A diferencia del PVC, se puede volver a usar y, además, es biodegradable. Así que, se puede hacer moda vegana que sea incluso más sostenible que la moda sostenible tradicional, porque la primera no contendrá ningún material de origen animal.




La contaminación y el consumo animal

El impacto medioambiental viene en su mayoría de los pesticidas y la cantidad de agua usada en el tratamiento del algodón.



Microfibra ecológica | Aleix Comino i Jaime

Sin embargo, según las declaraciones de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) la contribución actual de la industria ganadera al calentamiento global asciende al 18% y el consumo de agua del sector ganadero supera el 8% del consumo humano en un planeta en el que más de mil millones de personas no tienen agua suficiente para abastecerse. El porcentaje de 18% se desglosa en el aporte de un 9% del total de las emisiones de CO2 a causa de los procesos respiratorios y conversión de los bosques en pastos.


La ganadería utiliza hoy en día el 30% de la superficie terrestre del planeta y ocupa también un 33% de toda la superficie cultivable, según la FAO

Además, la tala de bosques para crear pastos es una de las principales causas de la deforestación, en especial en Latinoamérica, donde el 70% de los bosques que han desaparecido en el Amazonas se han destinado a pastizales. Además, la industria ganadera está entre los sectores más perjudiciales en relación con la contaminación del agua y la destrucción de los arrecifes de coral.


Por lo tanto, hacer moda sostenible sí que comporta hacer moda vegana. Son dos visiones del mundo diferentes, pero “lógicamente tenemos que proteger el planeta y, si le añadimos la parte vegana, estamos protegiendo el planeta en su totalidad, no solo lo que es la flora, también la fauna”. David considera que si se reflexionase sobre lo que implica llevar una prenda de origen animal nos daríamos cuenta de lo perjudicial de es. Humildemente nos aclara que “no dice tener la verdad absoluta”, que es su forma de entender la vida, pero si ve necesario un cambio de todo el planeta, que se alinee con los objetivos del veganismo y hacia el respeto. De esta manera, confiesa, “sería todo más sencillo”.


Así que, para David, a todos aquellos que dicen que “no aporta nada individualmente dejar de consumir carne o comprar moda vegana” deberían saber que “por mínimo que sea el cambio y la disminución de consumo, aporta”. Si en vez de cinco veces por semana, consumes carne tres veces, ya estás aportando, si consumes dos, estás aportando el doble y, si decides dejarlo por completo, estás aportando inmensamente.

Si a eso le añades la cosmética y la moda, le sumas más factores: ser 100% vegano es imposible porque no solo depende de nosotros mismos, pero cualquier cosa suma.

“Una persona sola no cambiará el mundo, pero ayudará”.


El veganismo fuera de España


Según La Vanguardia, entre el 4 y el 5% de la población de Estados Unidos y el 30% de India son vegetarianos, frente al 1,5% de los españoles que reconocen no comer carne ni pescado. David nos confirma que, las marcas que ellos representan (ya que no tienen productos de elaboración propia) son de varios países de Europa y de Canadá, “allí el veganismo está mucho más extendido”. Nos explica que la producción de los bolsos, carteras y cinturones que venden, en Cuco Vegan Fashion, se llevan a cabo en esos países o en otros en vías de desarrollo “para favorecer a colectivos que están en riesgo de exclusión social”.


En relación a si en España vamos atrasados con el veganismo está claro: sí, en comparación a otras zonas del mundo, como confirman los datos estadísticos. Pero el proceso que estamos siguiendo aquí, es el mismo que hubo en esos países y los activistas veganos esperan terminar con los mismos logros. Hace cinco años, además, no había el mismo número de vegetarianos o veganos que hay ahora.


Acogida de la moda vegana y sostenible en Barcelona



Barcelona es muy cosmopolita y todo acaba llegando, y la moda vegana ha tenido muy buena acogida. Hay personas que conocen el producto y lo demandan, y hay gente que no y se sorprende. Cuando lo ven y les explican qué hay detrás de todo y el porqué, entienden que hay que dar un paso hacia la moda veganal. aprincipales tiendas de moda sostenni


El futuro del veganismo es incierto, pero se estima que las pruebas realizadas en animales se han reducido en un 80-90% y en la actualidad es posible comprar productos etiquetados como “cruelty free”. En este sentido todavía falta una normativa que regule si un producto es vegano o no, pero lo más cercano a una regulación es PETA (People for the Ethical Treatment of Animals), que certifica bajo su punto de vista qué marcas son veganas y cuáles no. Como decíamos, las esperanzas de los vegetarianos y veganos pueden parecer demasiado “positivistas” pero ha habido logros: en la primera década del siglo XXI, el testar en animales ha estado prohibido en Holanda, Bélgica y Reino Unido. Sin embargo, L’Oreal, la marca francesa más grande de cosméticos se ha opuesto a esta prohibición. No es un camino fácil, pero a largo plazo los pequeños cambios conseguidos pueden llegar a ser importantes.


Otros datos de interés:

Autoría: Redacción de Quién Hizo Tu Ropa



- Redacción de Quién Hizo Tu Ropa

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